Ágora Calasanz

Relato sobre los encuentros del taller de Psicomotricidad

¿Qué implica relatar algo?

Implica, no solo, intentar contar situaciones con cierta secuencia y objetividad; sino, tomar partido y una posición frente a los otros, que permita ubicarse y re-ubicarse, donde lo "relatado" tenga el aroma de lo propio, el olor de lo acontecido y uno ahí, tal vez forjando un hecho de "autoría".

Uno ahí: contando y contándose.
Uno ahí: haciendo con otros/as.
Uno ahí, estableciendo coordenadas para posibilitar que alguien quiera y pueda escuchar.
¿No es justamente esa, la tarea de querer enseñar y/o aprender?

"Poder crear un espacio y tiempo con otros/as que permita algo... como escuchar-escucharse, encontrar-encontrarse..."

Un dilema se me presentó: ¿por dónde iniciar la experiencia?
16 encuentros.
16 clases.
Tengo la idea de que no existe una clase de ningún tipo, si primero, no se gesta un encuentro que habilite otra cosas; entre ellas una clase.
Si de relatos se trata el artista-no declarado- Alejandro Dolina es un maestro.
Recuerdo en una entrevista hace algunos años atrás, relataba, interviniendo en una idea sobre el decaimiento del varón con el paso de los años, que "mantenerse en actividad, seguir pensando, seguir soñando, seguir creyendo, es un Gesto de cortesía para los demás, sobre todo para los que nos quieren..."
Este Gesto de cortesía implica, que el otro, el que "está ahí", a la espera, debe recibir de nosotros algo interesante, seductor, incierto, curioso, sorpresivo, provocando un "querer seguir estando".

Intentaré en este relato introducir un gesto de cortesía hacia aquellos/as que se animen a la lectura.

Encuentros-clases

El primer encuentro introductorio utilizamos el mail y un grupo de wsap.
Los otros quince utilizamos videos llamados.
15 encuentros con 3 alumnas. Grupo pequeño, reducido, pero interesante.
La distancia corporal fue un matiz curioso, con niveles de rareza y una pizca de gran desafío.
Se armó una tríada peculiar: contenido teórico, conversación, espacios diferenciados.
El proceso fue permitiendo que los encuentros sean esperados. Era importante estar presente.
Me pregunté:
¿Por dónde pasa la presencia?
¿Qué es la presencia, o lo presencial?
¿De qué depende?
¿No será el ofrecimiento y el tipo de presentación y encuentro lo que gestaría que las presencias se construyan, más allá de los espacios?

Otro dilema: esta materia utiliza el recurso del trabajo corporal como facilitador de aprendizaje y registro de lo propio.
Es fundamental ubicar estilo y matices de la propia corporeidad: mirar, escuchar, moverse, gesticular, la historia, comodidad, incomodidad, actitud postural, el contacto, las praxias, melodía cinética, el espacio, el tiempo, los objetos, la escritura, las dinámica tensión-distensión, la voz, la estructura tónico emocional, apoyo y sostén, los otros/as.

La lejanía y sus avatares nos puso a prueba; le hicimos frente "pusimos el pecho", "remamos contra marea" encontrando paso a paso otra forma.

Despegamos nuestras manos del teclado y del monitor, empujamos mesas y camas, nos hicimos un espacio, hicimos pié, nos pensamos, impusimos un tiempo para buscar comodidad y marcar con nuestro cuerpo otro escenario posible. Lo fundamos. Le pusimos el cuerpo.

Mosaicos-convergencia

Cada encuentro se articuló con otros, intentando crear un hilo conductor, un enlace, armar un relato que promueva curiosidad y desafío.
Mosaicos que se tocan, "se miran de reojo" y al mismo tiempo se diferencian amistosamente.
Convergencia a puro "aire de inclusión" donde las aguas fluyen como una runfla de aves migratorias.
Tal vez las clases lograron instaurar otro orden; diría Rita Segato: "pensar en conversación".
Así fue, íbamos pensando en conversación.

Cuerpo-lo psicomotor como posibilidad

La temática del cuerpo fue el eje principal. "De la mano" de grandes autores como Julián de Ajuriaguerra, Henri Wallón, Michel Bernard, Donald Winnicott, Bernard Aucouturier, David Le Bretón, Jean Le Boulch, Sara Paín, Judith Butler, y otros/as caminamos y nos "acompasamos", vislumbrando la posibilidad de pensar nuestra existencia con la premisa de incorporar el cuerpo.
Qué paradoja "incorporar lo que supuestamente nos ubica y construye como sujetos".
Pero, por diferentes motivos estamos des corporizados y no es culpa de la pandemia. La culpabilidad tiene un origen más complejo y nefasto, que nos introdujo la noción de que el cuerpo es una posesión, una mercancía, un bien, ganancial y productivista, quitándonos casi todo.

Palabras

Cada encuentro tuvo como trampolín palabras claves, que orientaron las temáticas y proyectaron diversas reflexiones e imágenes.

Comparto algunas:

Corporeidad
Encuentro
Desencuentro
Estereotipia vincular
Secuencia
Espacio
Tono
Escuchar
Desarrollo
Ritmo
Psicomotricidad
Niñez
Historia

Palabras que trazaron un camino donde enseñar se ligara a compartir el aprendizaje y a sentirlo en el cuerpo.

Cuento: a modo de cierre

Les compartí a las alumnas un trabajo-propuesta enviado a las familias de una institución educativa, donde trabajo en la actualidad y en el marco de la continuidad pedagógica.
El mismo toma un fragmento de la película Pinocho, el clásico de Disney del año 1940. Hago presente y pongo en escena un cuestionamiento sobre la idea de cuerpo, niñez y de las relaciones que se establecían con la infancia en ese momento histórico, social y cultural (muchas prevalecen en la actualidad lamentablemente).
Pensamos en conversación, sobre cómo este muñeco de madera debía "ponerse a prueba" para alcanzar la maravilla de convertirse en un niño de verdad.
La adulta "examinadora" que ofrece la prueba es el hada madrina (persona no muy agradable), ya que ante la primer pregunta de Pinocho "al despertar a la vida" sobre, si ya era un niño de verdad, le responde que NO.
Primera palabra que escucha pinocho: NO
Luego viene el "protocolo a cumplir" para alcanzar la niñez merecida (adulto-céntrica).
Un espanto. Pruebas a superar. Exigencia de vida.
Pinocho sufre de arranque (de hecho se cae, cuando intenta ponerse de pié).
Lejos se encuentra y a "mucha distancia", ese acto de apertura de vida, de un gesto de cortesía.

Ojalá este curso, segundo año de la carrera de psicopedagogía haya podido enterarse, de que hice todo lo posible para que la cortesía gestual sea la gran protagonista de nuestros encuentros.
Si algo se gestó...posiblemente haya sido porque hubo "encuentros estimulantes", y tal vez "Aprendizaje".

En lo personal y profesional un placer.   


Claudio Leiva

Profesor y Psicomotricista 

Ágora Calasanz